Cambio de estación, climas locos, contaminación, mala alimentación y sistema inmune debilitado es la combinación perfecta para que los niños comiencen con mocos y tos.
En esta época del año suele haber muchos contagios ya en el consultorio comenzamos a ver muchos niños con mocos, tos, fiebre, malestar , dolor de garganta y estornudos, todos síntomas característicos de un resfrió o influenza.
Con este mail les quiero compartir algunas recomendaciones para disminuir los contagios, aunque no se pueden prevenir todos los resfriados, si se pueden reducir y aumentar las defensas:
1. Si ves que tu hijo tiene algún malestar, dolor, mocos o tos. Déjalo descansar , acude a tu médico y por favor no lo mandes a la escuela. De esta manera evitamos contagiar a otros niños y le damos chance a su sistema inmune para que trabaje y se concentre en una pronta recuperación.
2. Ensenar a los niños que al estornudar se tapen la nariz con el antebrazo. Y al desechar pañuelos usados hacerlo en un bote cerrado o tirarlos al escusado.
3. Evita cambios bruscos de temperatura. Al salir de un lugar cerrado tapar con una bufanda nariz y boca para evitar que se respire aire frio. Vestir a los niños con capas de ropa y al llegar a casa quitar capas.
4. Los niños que van a la guardería, escuela o clases sufren de más resfriados que los que están en casa, por la sencilla razón que están en contacto con más niños y por lo tanto están expuestos a más gérmenes. En estos casos se recomienda lavar manos y carita al regresar a casa y cambiar la ropa que usaron , así también evitarás que contagie a los hermanos que hay en casa.
5. Recuerda que el virus puede transmitirse desde un día antes de empezar con los síntomas hasta 7 días después. La capacidad máxima de contagio se da en los tres primeros días desde que empiezan los síntomas.
6. Vacúnate y vacuna a tu familia contra influenza. Si eres paciente de Grupo Medico Pediátrico acude a cualquier consultorio por tu vacuna.
7. Lavarse las manos es demasiado importante. Hacerlo de la manera correcta, antes y después de ir al baño , cambiar pañales y comer. Lavarse las manos ocho veces al día reduce hasta en un 50% las posibilidades de desarrollar infecciones tanto respiratorias como digestivas.
8. Alimentación sana.
a. Incluir gran variedad de frutas y verduras, alimentos frescos, coloridos y de estación .
b. Aumentar consumo de Vitamina C ( Guayaba, kiwi, cítricos, chiles, pimiento morrón, camu-camu) y zinc (Huevo, carne, cereales integrales, pescado, mariscos ).
c. Cocinar con ajo, cebolla, cilantro, perejil , orégano, romero, tomillo, jengibre y especias como clavo, canela, pimienta, chile, curry.
9. Ofrécele agua a lo largo del día. Procura que esté bien hidratado.
10. Dar prebióticos y probióticos de rutina. Ayudan a mantener un equilibrio en la flora intestinal y a formar una barrera contra los microorganismos dañinos, además de facilitar la digestión y ayudar con malestares, inflamación y estreñimiento. Pero también es importante consumir alimentos que los contengan como: productos lácteos con cultivos como el kéfir , té kombucha, chucrut o col fermentada, pepinillos encurtidos, sopa miso. Los prebióticos estimulan el crecimiento y la actividad de los probióticos y los encontramos en alcachofa, ajo, cebolla, esparrago, avena, trigo, cebada, leguminosas.
11. Descanso suficiente y ejercicio en lugares cerrados.
12. Mantenlo alejado de personas enfermas y del humo.
13. Ventila los espacios cerrados.