Uno de los errores más grandes en la historia de la nutrición es que le damos demasiada importancia a las calorías. Se cree que la cantidad de calorías es más importante que los alimentos en los que consumimos esas calorías. No me mal entiendas, las calorías son importantes pero eso no significa que tenemos que contabilizar todo lo que comemos y estar obsesionados con las etiquetas. Es importante saber que cada tipo de alimentos tiene un efecto diferente en las hormonas y en los centros del cerebro que controlan ¿Qué?, ¿Cuándo?, ¿Cuánto comemos? y la cantidad de calorías que quemamos. Te explico una caloría no es solo una caloría, por ejemplo:
Se han hecho estudios en donde se comparan varios alimentos para ver diferencias en hambre y saciedad y se sabe que necesitarás menos calorías para sentirte satisfecho al comer un huevo, pollo, frutas o arroz integral, comparado con donas, pasteles o helados.
Al llevar una dieta alta en proteína podemos aumentar el metabolismo 80 - 100 calorías al día, además de que el apetito y los antojos disminuyen. Las calorías provenientes de proteínas tienen un efecto diferente que las que provienen de carbohidratos o grasas.
Hay muchos ejemplos de cómo los alimentos y los macronutrimentos provocan efectos diferentes en el hambre, saciedad y las hormonas. El mito de que las calorías son lo único que importa para perder peso es equivocado. La próxima vez que veas que una bolsita de papas fritas tiene las mismas calorías que una manzana piénsalo dos veces no solo importan las calorías.